Comerciante del mercado

Juana Rodríguez


He trabajado en el mercado empecé aproximadamente en el año de 1954.

En ese tiempo estaba el mercado viejo ubicado en la plaza la que hoy llamamos plaza corona.

A la edad de 14 años uno de mis hijos empezó a trabajar en la panadería que entonces era del difunto Esteban Solano, esta panadería se encontraba dentro del mercado, ahí mi hijo Margarito aprendió hacer pan.


A los 17 años, mi hijo aproximadamente se salió de trabajar para poner nuestro propio negocio, con lo que el sabía empezamos hacer pan ranchero, gordas de cuajada, contamales, yo lo vendía adentro del mercado a un lado de la tienda que llamamos de los leones.

Dentro del mercado había infinidad de puestos desde fruta, caña, verdura, hasta leña, todo esto se sembraba aquí en Colotlán en las huertas, me acuerdo que huerta donde sembraban la caña, estaba a un lado del río, y la leña la traían desde los ranchos en burro venían de: el Sauz Tostado, el Hepazote, Santiago, Cofradía, san Antonio de Lajas y de algunos otros ranchos que ahorita no me acuerdo.

Toda la fruta que vendían la cultivaban los hortelanos eran entonces don Guadalupe Campos, Chabelo Ortiz, Hilario Campos, Victoriano González, Cleofás, Toribio, Eduardo, Ramón Alejo.

La fruta era: membrillo, lima, naranja, duraznos, cidra, cacahuate, camote, jícama, zanahoria, calabaza, repollo, agua cate, cilantro, chile tahualilo.


Parte del chile, y el aguacate que se cosechaba se mandaba a vender a la ciudad de zacatecas, o Guadalajara, ya que aquí era el lugar donde se daba mas.



Me acuerdo que la mayor cantidad de gente que entraba al mercado a comprar era el domingo, era cuando bajaban las rancherías a comprar su mandado para toda la semana.

En nuestro mercado viejo había más gente, garantizábamos la venta por tanta gente que entraba, las instalaciones mucho muy amplias, puestos de todos.


Me acuerdo que hasta en la noche había puestos había quien vendiera hasta leche me acuerdo que la señora se llamaba Cirpiana le decían la tarangila, también estaba un puesto de tacos y lo atendía doña María Luisa.


Ahora sigo vendiendo pero estoy un poco inconforme con las instalaciones del nuevo mercado, porque aquí ya no entra gente a comprar. Ya toda la gente llega a los puestos que están afuera del mercado, por lo menos antes teníamos a la mayoría de gente alrededor de uno pero ahora ya no hay quien no volteé a ver.


Ahora en día en el nuevo mercado existen locales pero nadie los usa para vender mejor los tienen llenos de cosas y rejas, los usan para bodegas, hasta los mismos comerciantes que entre semana están adentro sacan sus puestos el domingo para la calle porque la gente ni siquiera entra.

Yo preparo hasta dos chiquihuites de pan para vender el domingo en el mercado, y me voy a mi casa veces hasta con mas de la mitad de todo lo que traje, se me hecha a perder y lo tengo que tirar.

La competencia esta ya muy dura ya existe quienes venden pan, desde Santa Maria de los Ángeles hasta el Refugio.

Yo tengo una nuera ella se llama Josefina también dedicada hacer pan, polvorones y quesadillas de chile rojo, igual que yo tenía su puesto dentro del mercado, ya no le funcionó, mejor anda en las calles ofreciendo sus quesadillas para sobre vivir.

Mi hijo Margarito quién me ayuda hacer el pan ya ni le puedo pagar porque ya no completo ni lo que gasto en material.


Ignoro de quién fue la idea de hacer otro mercado, yo como comerciante y mis otros compañeros aceptamos a firmar un papel que nos dieron, no dijeron que iban hacer una plaza con bancas, en ningún momento se nos dijo que el mercado lo iban a cambiar.

En nuestro nuevo mercado nos cobran hasta la pintura para darle mantenimiento, porque ni siquiera el ayuntamiento que sale y entra se asoma a ver cuales son las necesidades que tenemos, pero eso sí andan en sus campañas políticas y van a pedirnos el voto y a prometernos que nos van a dar solución.


Una de las soluciones que nosotros pedimos es que los puestos que están en la calle se establezcan adentro del mercado, para que así tengamos todos venta, pero nadie nos hace caso.

Ahora hasta los puestos que se ponen en la plaza hagarran el mercado de bodega ellos lo utilizan para guardar las varillas de los puestos.
Juanita Alejo Santillan

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