Hortelanos

Don Esteban Sánchez trabajaba las huertas del barrio de Chihuahua y transportaba la mercancía producida para los mercados de Zacatecas y Aguascalientes, él rentaba las tierras a don Felipe Muro, algunos de los hortelanos que trabajaban esas tierras:

Don Gabriel Ortiz.
Don Jesús Ortiz.
Don Pedro Flores.
Don Andrés Gordiano.
Don Reginaldo Sataray.

Y algunos fallecidos son :

Esteban Sánchez.
Isabel Ortiz.
José Salas.
Ramón Alejo.

En estas tierras se producían frutas y verduras como lo que eran:
membrillo, limas habas, chicharos, frijoles, camotes, jicamas, cacahuates, rábanos, cilantro, cebolla, hortalizas, zapote, anona, duraznos y granadas siendo su mayor producción lo que era el aguacate y la naranja.

Todas estas tierras eran preparadas con yuntas y se utilizaban otras herramientas como eran el arado, palas, azadones, el mus, alfanje de dos filos, ganchos de bolso y ganchos de tiron. Pero también las personas trepaban los árboles para bajar la fruta.

Los hortelanos juntaban cuadrillos de gente para cosechar todo el fruto y transportaban la carga en burros y bueyes desde las huertas hasta donde eran la bodega donde se enrejaba y de hay se transportaba a Zacatecas y Aguascalientes en un camión que era de la propiedad de don Manuel Tostado y esto se dejo de transportar cuando don Esteban Sánchez murió.

Una de las principales causas por las que las huertas dejaron de producir frutos fue por que los hortelanos fallecieron y no hubo mas personas que se dedicaron a las tierras pero también el agua se comenzó a escasear ya que se bajaba de la presa que se ubica en la boquilla, el agua era bajada por un canal que se nombraba el canal mayor y se distribuía por medio de sequías a las huertas, donde le daban agua a una huerta todo un día con su noche.

Pero también se abrieron otros mercados y no se pudo competir con otros precios y dejo de ser negocio para la gente de Colotlán.
Efraìn.

Comerciante del mercado

Juana Rodríguez


He trabajado en el mercado empecé aproximadamente en el año de 1954.

En ese tiempo estaba el mercado viejo ubicado en la plaza la que hoy llamamos plaza corona.

A la edad de 14 años uno de mis hijos empezó a trabajar en la panadería que entonces era del difunto Esteban Solano, esta panadería se encontraba dentro del mercado, ahí mi hijo Margarito aprendió hacer pan.


A los 17 años, mi hijo aproximadamente se salió de trabajar para poner nuestro propio negocio, con lo que el sabía empezamos hacer pan ranchero, gordas de cuajada, contamales, yo lo vendía adentro del mercado a un lado de la tienda que llamamos de los leones.

Dentro del mercado había infinidad de puestos desde fruta, caña, verdura, hasta leña, todo esto se sembraba aquí en Colotlán en las huertas, me acuerdo que huerta donde sembraban la caña, estaba a un lado del río, y la leña la traían desde los ranchos en burro venían de: el Sauz Tostado, el Hepazote, Santiago, Cofradía, san Antonio de Lajas y de algunos otros ranchos que ahorita no me acuerdo.

Toda la fruta que vendían la cultivaban los hortelanos eran entonces don Guadalupe Campos, Chabelo Ortiz, Hilario Campos, Victoriano González, Cleofás, Toribio, Eduardo, Ramón Alejo.

La fruta era: membrillo, lima, naranja, duraznos, cidra, cacahuate, camote, jícama, zanahoria, calabaza, repollo, agua cate, cilantro, chile tahualilo.


Parte del chile, y el aguacate que se cosechaba se mandaba a vender a la ciudad de zacatecas, o Guadalajara, ya que aquí era el lugar donde se daba mas.



Me acuerdo que la mayor cantidad de gente que entraba al mercado a comprar era el domingo, era cuando bajaban las rancherías a comprar su mandado para toda la semana.

En nuestro mercado viejo había más gente, garantizábamos la venta por tanta gente que entraba, las instalaciones mucho muy amplias, puestos de todos.


Me acuerdo que hasta en la noche había puestos había quien vendiera hasta leche me acuerdo que la señora se llamaba Cirpiana le decían la tarangila, también estaba un puesto de tacos y lo atendía doña María Luisa.


Ahora sigo vendiendo pero estoy un poco inconforme con las instalaciones del nuevo mercado, porque aquí ya no entra gente a comprar. Ya toda la gente llega a los puestos que están afuera del mercado, por lo menos antes teníamos a la mayoría de gente alrededor de uno pero ahora ya no hay quien no volteé a ver.


Ahora en día en el nuevo mercado existen locales pero nadie los usa para vender mejor los tienen llenos de cosas y rejas, los usan para bodegas, hasta los mismos comerciantes que entre semana están adentro sacan sus puestos el domingo para la calle porque la gente ni siquiera entra.

Yo preparo hasta dos chiquihuites de pan para vender el domingo en el mercado, y me voy a mi casa veces hasta con mas de la mitad de todo lo que traje, se me hecha a perder y lo tengo que tirar.

La competencia esta ya muy dura ya existe quienes venden pan, desde Santa Maria de los Ángeles hasta el Refugio.

Yo tengo una nuera ella se llama Josefina también dedicada hacer pan, polvorones y quesadillas de chile rojo, igual que yo tenía su puesto dentro del mercado, ya no le funcionó, mejor anda en las calles ofreciendo sus quesadillas para sobre vivir.

Mi hijo Margarito quién me ayuda hacer el pan ya ni le puedo pagar porque ya no completo ni lo que gasto en material.


Ignoro de quién fue la idea de hacer otro mercado, yo como comerciante y mis otros compañeros aceptamos a firmar un papel que nos dieron, no dijeron que iban hacer una plaza con bancas, en ningún momento se nos dijo que el mercado lo iban a cambiar.

En nuestro nuevo mercado nos cobran hasta la pintura para darle mantenimiento, porque ni siquiera el ayuntamiento que sale y entra se asoma a ver cuales son las necesidades que tenemos, pero eso sí andan en sus campañas políticas y van a pedirnos el voto y a prometernos que nos van a dar solución.


Una de las soluciones que nosotros pedimos es que los puestos que están en la calle se establezcan adentro del mercado, para que así tengamos todos venta, pero nadie nos hace caso.

Ahora hasta los puestos que se ponen en la plaza hagarran el mercado de bodega ellos lo utilizan para guardar las varillas de los puestos.
Juanita Alejo Santillan

Mercado y comerciantes

En 1914 fue construido el que fuera el Mercado Municipal, ubicado al oriente del Jardín Corona, por el Coronel Anselmo Díaz de León. Fue una serie de locales tipo puestos que estos estaban compuestos por dos filas de norte a sur y que albergaban carnicerías, fruterìas, jarcierìas, panaderías, huaracherias, cenadurías, etc.

Los puestos estaban ubicados de la siguiente manera: El primer puesto estaba en dirección a lo que ahora es la zapatería del Refugio con un puesto de panadería del señor Eugenio Martínez quien fuera panadero toda su vida, esta persona cambio su panadería cuando el mercado fue demolido, a donde se encuentra ubicada la ferretería del señor José Luis de León, enseguida estaba la carnicería de don Pedro Quezada, enseguida otra carnicería de José Álvarez, después un puesto de abarrotes del señor José Dávila Ávila, otra carnicería de don Isauro Huerta, le seguía otra carnicería de don Auxilio Pérez enseguida estaba un arco, después un puesto de verduras de don Juventino Rivera, le seguía una tortillería de don Antonio Flores, esto era por la primera sección de puestos.

Por la segunda sección de puestos iniciaba con una huaracheria de don Avelino Pinedo, después otra de don Mariano Pinedo quien fuera Primo de don Avelino, le seguía otra mas de Lino Álvarez, seguía una cenaduría de Luisa Rodríguez, le seguía otro puesto de Sofía Pinto en el cual vendían artículos religiosos continuaba otro arco de entrada que quedaba frente al súper, enseguida estaba un puesto de legumbres de Benigno López, después un puesto de comida, después un puesto de verduras del señor Vázquez, enseguida una talabartería del señor Amado Núñez quedando a la entrada del templo por un costado. Estos eran mas o menos los puestos que estaban en ese tiempo.

Estas personas estuvieron establecidas hasta la demolición del mercado Corona Algunos de estos locatarios pasaron ha ocupar los locales del mercado nuevo llamado “Mercado Hidalgo”, el cual se construyo en el año de 1974 en la administración del señor Refugio Raygoza Pacheco, y sé amplio en el año de 1980, periodo presidencial del señor Fabio Alonso Ruiz Ortega.

Información proporcionada por el señor Daniel Ortega Márquez.

ALGUNOS COMERCIANTES DEL ANTIGUO MERCADO

Señor Isauro Huerta:
Carnicero aproximadamente desde el año de 1965 quien tuvo su carnicería en el mercado corona a la cual le puso por nombre “La Guadalupana” esta persona tenia un empleado de nombre Javier Robles Robles, a quien dejaba encargado de la carnicería cuando el se iba a trabajar a los Estados Unidos Americanos, don Isauro Huerta trabajaba de brasero y así combinaba la carnicería con las braceadas hasta que en 1976 le vendió su carnicería al señor José de Jesús Navarro a quien apodaban el “Güero Navarro” quien le dejo el mismo nombre a su carnicería el de la Guadalupana. Después el señor Isauro Huerta se fue a vivir a Momax Zac. En el año de 1976 donde tenia una tienda de abarrotes y todo lo relacionado con papelería, ferretería, ropa y calzado de todo se encontraba en esa tienda. En el año de1986 se fue a radicar a los Ángeles California, hasta que falleció estando pensionado en el año del 2002, fue trasladado a su tierra natal y sepultado en el panteón de Guadalupe en el sepulcro donde se encuentran los restos de su padre don Mauro Huerta R.
Entrevista dada por la Maestra Anita Huerta Navarro (hija de don Isauro Huerta).



Auxilio Pérez.
Carnicero toda su vida, quien fuera hijo del señor Agapito Pérez también carnicero. El señor Auxilio Pérez tenia su carnicería en el mercado antiguo aproximadamente desde que inicio el mercado, y al demoler este mercado el fue uno de los locatarios que se cambio al otro mercado, ocupando el local en el que ahora se encuentra el señor Adiel Saldaña con un puesto de birria. Ahí en ese local estuvo hasta que se enfermo y después falleció en Julio de 1976
Entrevista dada por Martín Pérez Sataray (Nieto de don Auxilio Pérez)


A estas personas les mataban sus animales en el rastro que se encontraba ubicado en la calle paseo no. 42 antes del año 1929, que es propiedad actualmente del Medico Veterinario Alberto Navarro Ortega. En este rastro trabajaban como matanceros los siguientes señores: José de Jesús Pérez Pinedo quien al parecer trabajo ahí desde la edad de 7 años empezó a trabajar lavando las tripas y limpiándolos cueros y las patas de los puercos, poco tiempo después era uno de los mejores matanceros en ese rastro se dice que llegó ha matar hasta 32 puercos en un día el solo, cuentan que se mataban hasta 200 puercos diarios y más que nada esa carne se vendía fuera de aquí, a la ciudad de México llevaban mucha carne. A otra persona a quien le mataba era al señor Rosendo Quiñónez, al parecer este señor hacia mucha carne adobada, chorizo, y longaniza y la mayoría de esta la vendía fuera de Colotlàn, Otra de las personas que se dedicaba a hacer carne adobada, chorizo, longaniza, carnitas chicharrones, manteca y carnes frías era don Jesús Sánchez quien también la vendía fuera de Colotlàn.
Otros de los matanceros que trabajaron en el antiguo rastro fueron José Inés Pérez Pinedo, Luis Mesa, Vicente Mesa, Ignacio Gallegos, y Antonio Chávez
Algunos de estos matanceros siguieron trabajando en el actual rastro municipal el cual entro en operación en el año de 1961.
Estos informes fueron dados por la señora Esperanza García Hernández y el señor Javier Pérez García (esposa e hijo del señor José de Jesús Pérez Pinedo).



Lino Álvarez.
Huarachero tubo su huaracherìa en el mercado corona desde que inicio el mercado, después al ser demolido en el año de 1974 se cambio a la calle de niños heroes donde rentaba un cuartito propiedad de Federico Valdez donde entubo su huaracherìa por dos años, después se cambio a donde esta ahora la refaccionaría de los señores Iturriaga estando establecido ahí hasta que falleció en el año de 1993.
Entrevista dada por Angélica Álvarez ( hija del señor Lino Álvarez)



Avelino Pinedo Ramos.
Este señor trabajo en el mercado corona de huarachero, teniendo su propia huaracherìa entubo establecido hasta que demolieron el mercado mas o menos en el año de 1974, el fue una de las personas que ya no se cambio al actual mercado, después de ser demolido el antiguo mercado, trabajo en el agua potable, el se cargaba de bombioar el agua, decía la gente que el era el bombeador, hasta que el agua paso a ser parte del municipio.
Trabajo dos periodos mas en el agua municipal en el periodo del señor Fabio Alonso Ruiz Ortega 1980-1982 y en periodo del Ing. Javier Ávila Mares 1983-1985.
Después puso una cantina llamada “bar el viejo” y ahí entubo trabajando hasta que falleció en el año de 1994.
Información dada por la maestra Galinda Pinedo (hija del señor Avelino Pinedo)

Mariano Pinedo.
Este señor era cuñado del señor Avelino Pinedo, y también estuvo establecido en un local de los del antiguo mercado, trabajaban como en sociedad. Al ser demolido el mercado este señor siguió trabajando en su casa haciendo huaraches y vendiéndolos, combinaba el trabajo de los huaraches con la música porque el tocaba en una orquesta llamada “Orquesta Musical Olímpica” y así trabajo la música combinada con los huaraches hasta que falleciera a causa de una embolia fulminante, un 15 de mayo de 1985. Al parecer todas las huaracherias se quitaron al ser demolido el antiguo mercado, algunas estableciéndose en otros locales pero ninguna continuo en el mercado Hidalgo.
Información dada por la maestra Galinda Pinedo (sobrina de don Mariano Pinedo).

Sonia G. Navarro Perèz



Recuerdos del mercado y las huertas

Yo recuerdo cuando el mercado estaba ubicado al oriente del Jardín Corona, entre los cuatro arcos de cantera, que marcaban las entradas principales al mismo. Había un pasillo principal por en medio, de norte a sur y puestos por ambos lados. El primer puesto iniciando por el arco de la calle Morelos, era el negocio de choco miles y jugos de la señora Juventina Mares quién aproximadamente empezó su negocio en 1970 y en 1977 se cambio al mercado nuevo, durante mucho tiempo le ayudó su hija Yaneth, pero como se casó ahora le ayuda una muchacha, también vende cassetes y discos compactos. En seguida estaba una panadería que en aquel tiempo el dueño era un señor llamado Don Eugenio Martínez papá de la maestra Auxilio Martínez A. El frente del negocio estaba precisamente en frente de la farmacia modelo de la familia Vázquez Felguerez. Esta panadería se reubicó en la esquina de Niños Héroes y Cuahutémoc donde actualmente se encuentra la Ferretería Colotlán del señor José Luís de León, pero desafortunadamente este señor murió y ya nadie de la familia siguió con la panadería que por cierto vendía un pan muy sabroso. Mas adelante seguían otros puestos que no recuerdo los dueños.

A medio mercado estaba ubicado el puesto mas grande en frutas y verduras; granos y semillas de Don Juventino Rivera, (finado) pero sus hijos siguen en el mercado son de los comerciantes con los puestos mas grandes y surtidos. Ellos surten a los puestos mas chicos trayendo la fruta y verdura de Guadalajara o de Aguascalientes. Tengo entendido que vendían muy caro por lo que otros comerciantes empezaron a vender o surtir fruta, verdura y abarrotes en general a precios mas bajos y empezó a extenderse el comercio ya en la actualidad existen tiendas grandes por la competencia los precios bajaron en la mayoría de los productos.

Enfrente de este puesto se ubicaba la fonda de doña Lorena era muy joven cuando inicio con esta fonda esta persona es del Carrizal localidad a unos 30 kilómetros de aquí de Colotlán, muy famosa por sus platillos tradicionales, al quitar el mercado se reubicó en donde ahora tiene su restaurante que está a un costado del Templo de San Nicolás llamado Lorena. También estaban las carnicerías de Don Simón Navarro, la del hermano que le decíamos el güero Navarro son las únicas que recuerdo. También había una tienda de abarrotes, frutas y verduras que por cierto se distinguía por ser el negocio mas bonito de Don Jesús Sánchez, después siguió con Jesús Sánchez hijo este negocio estaba enfrente de la ferretería Colotlán y al reubicarlo ellos ya no siguieron con el negocio. Estos eran algunos de los puestos o negocios establecidos.

También existían y existen puestos ambulantes como por ejemplo las personas que venden pan de chiquigüite, hay una señora Doña Chagua (centenario #24) que tiene mas de 50 años haciendo y vendiendo pan, semas de trigo, contamales, quesadillas de chile, gorditas de maíz colorado y de cuajada, etc. ahora sus hijos y nietos le ayudan.
hay personas que les ayudan solo a vender una de las personas es doña Lupe Salas.

Otra pareja que hizó este pan por cerca de cincuenta años, eran la señora Juanita Rodríguez y su esposo don Ramón Meza (finado), quién tocaba el violín en las danzas de los festejos de los santos de nuestra comunidad. Ahora sus hijos son los que trabajan en el negocio.

Otras de las familias que tradicionalmente han confeccionado el pan de chiquigüite, son los Saldaña, entre ellos Felipe y sus hermanos. Sus puestos los tienen también en el mercado en la entrada por Niños Héroes.

En el mercado también hay puestos ambulantes que únicamente venden los domingos, frutas y verduras sembrados y cosechados aquí en Colotlán y sus alrededores.

Al parecer el mercado viejo funcionó desde 1915 hasta 1973 aproximadamente.

El nuevo mercado lo empezaron a construir en 1971 en el gobierno del presidente municipal Lic. Antonio Sánchez de León ( finado) y en una segunda fase se terminó en el gobierno municipal de Don Refugio Raygoza y fue inaugurado y puesto en servicio en el sexenio del Sr. Gobernador del Estado Lic. Flavio Romero de Velasco 1977-1983.

NOTA: aquí las fechas no coinciden porque en el libro la Historia de Colotlán, dice que fue inaugurado en 1971 y algunos comerciantes dicen que en 1973 y otras más en 1977.

Actualmente el mercado se ubica en la calle Cuahutémoc con una entrada al interior por esta misma calle, otra por la calle Niños Héroes y otra mas por la calle Abasolo donde venden actualmente un rico menudo de res. Hay locales en el interior y también por el exterior. En las entradas del mercado están ubicadas las personas que actualmente venden pan, gorditas de maíz crudo, gorditas de cuajada, con tamales, semas de trigo, quesadillas de chile, gorditas rellenas de frijoles con chile. Todo esto hecho por personas originarias de aquí de Colotlán y claro también viven aquí.

También hay personas que nos venden los ricos nopalitos ya sea criollos o de castilla. Cuando es tiempo de nopales aquí en el pueblo que por cierto se empiezan a vender en la cuaresma empezando por el miércoles de ceniza.
Hay una familia que vende pollo en el interior del mercado, que también prepara un rico mole llamado pipían. De lunes a sábado vende en el interior del mercado y los domingos vende afuera del mercado.



Se me ocurrió visitar a mi papá, el señor Andrés Vásquez Solís (centenario #26) y cual fue mi sorpresa cuando me platicó que él fue comerciante en pequeño en el antiguo mercado, sus padres el Sr. Evaristo Vásquez Torres y la Sra. Maria de los Ángeles Solís Martínez, ( mis abuelos) quienes vivían en una huerta (propiedad actual del expresidente el Sr. Jesús Alejo M. Antes era de su papá Don Guadalupe Alejo ) sembraban papas, camotes, jícama, habas, cebollas, ajos garbanzo, chicharo, trigo , lentejas, había también naranjos, limas, naranja-limas, limones, sidra, guayabos, granados, maguey para sacar aguamiel, nopales, tunas, duraznos, y flores como: gardenias, gladiolas, margaritones, dalias, rosas, etc. Mis abuelos como tenían la huerta a medias lo que les tocaba a ellos era para autoconsumo y trueque. Las flores las vendía mi papá en el mercado los domingos, desde 1942 a 1949 mi papá tenía 7 años de edad.

Mis bisabuelos el Sr. Pantaleón Solís y la Sra. Navor Martínez, también tenían huertas dos de ellas están ubicadas en:
Una por la calle Hidalgo esquina con el bordo del río, que colinda con las huertas de Jesús Alejo M. Actualmente es un lote. La otra en la esquina de la calle V. Guerrero con C. Allende también es un lote propiedades de mi papá. Ahí sembraban caña y esta la vendían a Jerez, Fresnillo y Zacatecas.

También fui a platicar con el Sr. José de Jesús García Villalobos y su esposa la Sra. Maria González, (centenario #36) ellos actualmente venden pollo fresco se los traen de Tlaltenango, Zac. Tienen aproximadamente 30 años vendiendo pollo. Y también venden hortalizas producidas por ellos mismos. El Sr. Librado García Ortiz y la Sra. Soledad Villalobos Gordiano, padres de Don J. De Jesús García, ellos tenían sus huertas en el barrio de Chihuahua cerca de la capilla y al otro lado del río la huerta se llama El Nogal desde 1914 él ya sembraba en esas huertas, caña, trigo, garbanzo, chicharo, jícama, camote, habas, cilantro acelgas, cebollas, ajo, chile, rábanos, repollo, lechuga, frutas como naranja, aguacate, lima, y flores margaritón y bola de hilo.

Desde 1915 que se construyó el antiguo mercado vendían en el mercado todos los días y otra parte lo vendían a Jerez, Fresnillo y Zacatecas. La caña la mandaban a Torreón y Ciudad Juárez, Chih. Colotlán en esos tiempos era muy productivo y una muy buena plaza.

Estas huertas se regaban con agua rodada que venía por sequías del río Colotlán, ahora se riega con la presa de Tenasco.
Actualmente todavía conservan esas huertas las heredo de sus padres y aún siembras hortalizas como acelgas, habas, rábanos, cilantro, ajo, cebollas y flores. Y las venden en el mercado ellos están ubicados por la entrada de la C. Cuahutemoc.

Según platicas de varios comerciantes y en su mayoría coinciden con la información: existían otros 2 arcos a la mitad del mercado uno enfrente del súper y el otro por el lado de la plaza en la misma dirección. Que fueron demolidos en la remodelación del jardín Corona de un día para otro desaparecieron según cuentan que porque les quitaba visibilidad al Súper Delmor’s.

El Sr. Mauro Huerta (finado) papá de Don Luis Humberto Huerta, en aquel tiempo trabajaba en el rastro, pero el tenía su propio rastro en la calle paseo # 9 donde actualmente vive su hijo. como introductor de ganado, el vendía manteca, chicharrones y carnitas y la enviaba a la Ciudad de México y a otras ciudades. Don Luis Humberto Huerta comenzó con su carnicería Aproximadamente en 1960 en el mercado viejo y en 1977 se reubicó donde están actualmente por niños héroes.

El rastro municipal se ubicaba por la calle Zaragoza esquina con paseo.

Había varias carnicerías una de Don Auxilio Pérez (finado) papá de Don Proto Pérez (finado) y actualmente los hijos tienen su carnicería por la calle hidalgo. Una mas de Don Pedro Quezada tío de Don Nacho Quezada famoso por su talabartería. Otra mas de Don José Álvarez (finado) papá de Don Jesús Álvarez que el ya no siguió con ese negocio. Una más de la familia Quiñónez todas estas carnicerías estaban ubicadas enfrente de lo que ahora es el súper y la caseta de teléfono que están actualmente enfrente del jardín.

Otros comerciantes fueron Don Benigno López (finado) papá de Don Benigno López Álvarez él vendía unos famosos amoles que servían como jabón para lavar la ropa y para lavarse el pelo, también vendía peines para lavar los metates, chiles secos y algunas verduras. Había una jarcería del Sr. Godina que actualmente la tiene en la esquina de la calle Zaragoza y niños héroes. Otro negocio del Sr. Daniel Sierra (finado) tío de Don Pedro Sierra (finado) y de Don Jesús Sierra que el actualmente toca en un tamborazo.

Una de las personas que sembraba por los años 1900 era Don Benigno Cárdenas ( finado) él sembraba camotes, jícamas, cañas, cacahuate, rábanos, cilantro, chile, jitomate, cebollas, ajos, elotes, lechugas, acelgas, habas, garbanzo, manzanilla de huerto, té de limón, etc. también tenían árboles frutales producía y vendían todos los días, sus terrenos de siembra los tenía en el barrio de las Canoas papá del Sr. Don Rafael Cárdenas, (centenario # 38) que nació en 1916 desde 1925 comenzó a trabajar con su papá y al morir su padre el siguió con las siembras que actualmente vende los domingos en el tianguis cacahuates, cilantro, rábanos, calabacitas, elotes, etc. Y todos los días vende cacahuates tostados en la esquina de la calle Zaragoza y Centenario .

A Don Rafael actualmente le ayuda uno de sus hijos porque él ya esta muy grande y ya no puede o no debe cansarse mucho, pero él desea seguir siendo útil y pide ayuda a su hijo, a sus amigos para que le ayuden a llevar su puesto los domingos al tianguis.


Me platicó que en 1925 hubo un diluvio que duró 40 días con sus noches y las huertas que tenían cañaverales que estaban cerca del río pues la creciente se lo llevo en parte y otra quedo aterrada, arranco árboles y se llevo algo de cosecha.

La caña que se producía por los alrededores se las compraba un señor llamado Manuel de León y este a su vez la mandaba a Ciudad Juárez. Había muchas huertas en ese entonces en la boquilla , en Santa Maria de los Ángeles, Santiago Tlaltelolco y Colotlán eran grandes cañaverales

Una de las personas que vende nopales en una de las entradas del mercado es la Sra. Victoria Rodríguez originaria de Colotlán y vecina de Santiago Tlaltelolco. Ella tiene aproximadamente vendiendo 35 años empezó en el viejo mercado, también sembraban hortalizas en Santiago ahora ya no porque ya no tienen riego.

En temporada de nopales criollos pues los corta del cerro, los limpia, les quita las espinas y los corta en cuadritos y en tiritas un día antes y al día siguiente viene a venderlos aquí al mercado, todos los días vende. Cuando ya no hay nopal tiernito corta pencas gruesas les quita la piel y saca corazones.

Cuando se terminan los nopales del cerro, pues entonces compran por rejas el nopal de castilla, lo traen de fuera ya sea de Zacatecas o Guadalajara, en estos días se los están trayendo de tabasco, Zac. Hay temporadas buenas, regulares y malas. Es como todo. La mejor temporada es esta la de cuaresma. Y el tiempo de calor.

Cuando hace mucho frío se vende poco, como son frescos mucha gente no come nopales en tiempo de frío. Siembra cilantro para darles a los clientes que le compran nopales. Pues de esta información aprendí mucho porque ignoraba que aquí en Colotlán se sembrara lo que el pueblo consumía y se vendía fuera de aquí.

Actualmente hay comercios nuevos como el de los señores que venden gorditas de carne con chile, ellos tienen aproximadamente 10 años en el interior del mercado y otra familia que también vende comida corrida y económica.

Leticia Vásquez Díaz

Arquitectura en Colotlán


En el desarrollo arquitectónico de la zona norte de Jalisco se aprecian tres épocas: la fundacional, que abarcaría los primeros cincuenta años de colonización; la etapa intermedia que incluye construcciones del siglo XVIII y que en algunos casos se concluyen hasta los primeros años del siglo siguiente; y la última etapa iniciada hacia 1840 y que concluye en el mediodía del Porfiriato. De la primera son las construcciones franciscanas de las que quedan solamente cimientos y algún arco y uno que otro edificio. Lo más notable que se conserva es la Capilla de San Lorenzo, en el barrio alto o de Tochopa y el adoratorio detrás de lo que fuera la capilla de la Nuestra señora de los Dolores, en el centro o Nueva Tlaxcala, en Colotlán. De la segunda etapa se conservan la iglesia de San Nicolás y la de San Luis Obispo.

La capilla de San Lorenzo fue construida entre 1591 y 1594, con un amplio atrio al frente; en la fachada ostenta su puerta principal y ventan del coro enmarcadas en cantera labrada con formas sencillas, se remata con una espadaña de cantera a manera de campanario. Lo más interesante es su interior, con su techo de vigas transversales que se apoyan en las mensulas de madera; el presbiterio es de planta poligonal con el techo más alto que la nave y con una claraboya que hoy se encuentra tapiada y que iluminaba el altar. El sistema de vigas de soporte del techo conocido como terrado y la iluminación natural del altar fueron muy empleados en las iglesias misionales de la alta pimería de los actuales estados de Sonora, Chihuahua y Nuevo México, por lo que se supone que la capilla de san Lorenzo es un antecedente de la arquitectura misional del norte de México y sur de Estados Unidos. La capilla guarda en la sacristía una de las pinturas religiosas más significativas de la ciudad, es una representación del purgatorio, el cielo y el infierno pintados al óleo. La pintura esta dedicada a la devoción de san Roque y esta fechada en 1824, siendo ilegible la firma del autor; lo singular de esta obra se encuentra en la composición, que conserva las característica de la pintura colonial además de la representación antropomorfa de la santísima Trinidad que estuvo prohibida por la inquisición. Su composición esta dividida en tres planos, el superior es de mayor dimensión y esta ocupado por las referidas imágenes de la Trinidad, además de san José, la virgen, san Francisco y otro santo franciscano.

Arquitectura en Colotlán


El templo de san Luis Obispo fue proyectado para ser la joya más brillante de la región. El 11 de febrero de 1774, don Joseph Santiago Belís, gobernador del Barrio de Tlaxcala, el cura Miguel Antonio Gómez y el maestro de arquitectura Raphael de Hernan, dirigieron una rogativa al obispo Alcalde en la que le informaban del mal estado en que se encuentra la iglesia parroquial:

Por estar desplomándose y amenazando ruina por su mucha antigüedad, y débil construcción. Por lo que, y tener paraje contiguo de más extensión y comodidad en que fabricar nueva iglesia parroquial ocurro a la característica y devota conmiseración de v. Exa. Suplicándole se digne conferirnos la superior licencia para la dicha fábrica la que a expensas de nuestro sudor y trabajo concurriremos gastos hasta su total perfección todos los hijos de los pueblos sujetos a este curato. Archivo del arzobispado de Guadalajara. Colotlán, carpeta 2,f.4.

La licencia fue concedida por el virrey Antonio María de Bucarelí y ratificado por el obispo alcalde el 7 de junio de 1774; la iglesia se comenzó a construir y siguió un ritmo normal durante los siguientes 10 años, en 1790 don Félix Calleja informa lo siguiente:
En Colotlán, la iglesia es muy regular y muy bueno su ornamento, cada uno de los dos arrabales tiene su iglesia particular, decente y en buen estado. Hay empezada y bastante adelantada una muy grande y demasiado costosa, fabricada de piedra que hace cinco años que se suspendió su obra por falta de dinero, si se concluye podría aprovecharse la antigua en hacerse de ella granero publico y escuela de primeras letras, que ni uno ni otro hay en el pueblo.

De esta iglesia se llegó a levantar la portada principal de estilo barroco a imitación de la de Zacatecas, la penuria económica de la región y la falta de iniciativas prolongó la suspensión de la iglesia por años, en 1820 el cura Ignacio Suárez reporta que los pocos recursos de la parroquia los emplea en la construcción de la Nueva Iglesia.

En 1839 el párroco José Tadeo Suárez informó al obispo de Guadalajara que con los mil pesos existentes en la parroquia se proponía continuar con la iglesia de piedra comenzada hacia muchos años, para lo cual la gente se había comprometido a ayudar, unos con trabajo personal, otros con dinero y otros con materiales. El impulso definitivo para su culminación lo dio en 1849 el padre basilio Terán recién llegado a Colotlán como vicario cooperador del notable cura don Andrés López de Nava; el dinámico padre Terán se dedico a hacer mejoras materiales en el pueblo y a acelerar la construcción del templo, el cuál estuvo concluido en 1862. El nuevo alarife don José María Martínez, consideró que la fachada de estilo barroco a medio construir debería de ser sustituida por algo sobrio y moderno, y tomó el esquema neoclásico difundido en México desde la fundación de la Academia de san Carlos. El diseño interior y exterior del templo son de estilo clásico, el frontispicio es de tres cuerpos limitados por pilares rematados con capiteles jónicos, el primer cuerpo es el de mayor altura y enmarca la puerta, en el segundo disminuye la altura y enmarca la ventana del coro, el tercero es el más pequeño y al centro se encuentra un nicho con la escultura de san Luis Obispo de Tolosa; remata con un frontón triangular. Las entradas laterales son sencillos pórticos formados con pilastras de capitel compuesto, que terminan con un entablamento de orden corintio. En el interior destaca el ciprés de forma cuadrada con dos cuerpos, la decoración pictórica y el mural con el tema “La expulsión del paraíso terrenal” realizado por Gerardo Martínez en 1942; la cancelería interior que protege las entradas está hecha de madera tallada que recuerda la filigrana de la plata y la cantera tallada. La empresa del padre Terán no era perfecta, el frontispicio presenta problemas de simetría y el campanario esta inconcluso; es sin embargo, un testimonio material de las aspiraciones estéticas de una comunidad y de la información que los alarifes tenían ene se tiempo.

Arquitectura en Colotlán


El templo de san Nicolás es un ejemplo de la arquitectura alejada de los cánones metropolitanos y más interesada en solucionar las necesidades colectivas. En el lugar que ocupa actualmente la Iglesia de san Nicolás estuvo la primer capilla que hubo en la región, y las crónicas cuentan que una inundación y la feracidad de las hormigas destruyeron los cimientos provocando su destrucción en 1826; en ese mismo año se comenzó la construcción actual en la que encontramos esa nueva arquitectura propuesta con una base academicista flexible en cuanto a la incorporación de estilos, así la fachada principal del santuario de san Nicolás de orden clásico con sencillas pilastras jónicas dóricas que se repiten en un segundo cuerpo, enmarcan la puerta principal y la ventana del coro, cuyos arcos de formas lobuladas hacen referencia al estilo gótico y, como remate, un frontón aguzado con un nicho y una claraboya. Esta combinación es precisamente una característica de la arquitectura realizada en nuestro país después de la independencia; tiene su origen en una revisión de los estilos arquitectónicos o más bien dicho una adaptación de lo conocido y lo que se creía como funcional para aquellos lugares. Como obra terminada la iglesia de San Nicolás Tolentino es un conjunto que destaca por su intención de originalidad, el alarife constructor de la obra busco armonizar de manera novedosa diversos elementos de arquitectura religiosa, entre los que destacan los arcos lobulados de puerta y ventana enmarcados con sencilla arquivoltas y que con el remate se asemejan a ala arquitectura gótica primigenia. Con este esbozo se introduce en la región el estilo neogótico.

Arquitectura en Colotlán
















El mediodía arquitectónico del Porfiriato en Colotlán es posible encontrarle en los portales y casas que rodean el centro de la ciudad. En estas construcciones el uso de cantera en las fachadas es un elemento primordial de su ornamentación. La tradición de los portales en los pueblos, villas y ciudades del nuevo mundo tienen su origen en las ordenanzas del Felipe II para descubrimientos, nuevas poblaciones y pacificaciones, del 3 de julio de 1573 y posteriormente incorporadas a las “Leyes de indias” expedidas en 1681, y que señalan que las cuatro calles que salen de la plaza “tengan portales para la comodidad de los tratantes que suelen concurrir”.
El portal Morelos en Colotlán es una arquería sencilla con vigas de madera que sostiene el techo, piso de barro cocido y arcos de medio punto sostenidas por pilastras de orden toscano. Su mayor mérito son la sobriedad y sencillez que destaca la belleza de la cantera rosa. Los marcos y cantera de puertas y ventanas son una característica en Colotlán, los hay sencillos y también de entablamiento completo esto es con su arquitrabe, friso y cornisa; los interiores son siempre corredores que rodean un patio principal en cuyo centro o a un lado se encuentra el brocal de un pozo. Y al fondo de la casa un patio y las caballerizas construidas con piedra y cantera.

Fuente Artículo de: Arturo Camacho Becerra.

El Arte del Piteado





El piteado o pitiado como se le conoce coloquialmente, es una técnica de bordado sobre cuero, de la cual se sabe con certeza, que se practica en Colotlán desde la segunda década del siglo XX y que le ha reportado al municipio grandes beneficios, económicos y culturales, sin embargo no existe ninguna investigación histórica seria que nos permita conocer con toda seguridad sus inicios, sus precursores y el derrotero que ha seguido dicha técnica a lo largo de su historia.

Se sabe que el piteado se ha desarrollado en forma paralela a la charrería mexicana, el mariachi y el fenómeno social musical llamado "la quebradita" dado que todos ellos han utilizado en la composición de su atuendo el trabajo del piteado, principalmente en forma de cintos y monturas.

Además es notorio que existe una estrecha relación entre los paisanos mexicanos que habitan en el otro lado, y la subsistencia de la artesanía del piteado, pues ellos se han constituido en uno de los mercados principales para este producto de lujo. Los paisanos con su nivel de vida superior al de los mexicanos que habitamos de este lado, pueden acceder fácilmente a los productos piteados de gran calidad, en tanto que para los mexicanos de por acá, resulta un verdadero lujo.

El presente trabajo es una breve recopilación de citas y hechos históricos relativos al trabajo del piteado que no despeja ninguna duda, sino por el contrario hace el señalamiento de la necesidad perentoria de realizar ese trabajo de investigación, sobre este precioso trabajo artesanal que se ve seriamente amenazado por una competencia desleal, ante la incapacidad organizativa de los artesanos colotlenses por defender y ofertar su producto.



Talabartería, la palabra como tal proviene de talabare, que significa pretina o cinturón, ordinariamente de cuero, que ciñe la cintura, y del que cuelgan los tirantes de que va prendida la espada.

Talabartería, en las artes y oficios se ocupa de hacer albardas, sillones, lomillas, tiros, zufras, cabezones, tirantes etc.

Los arreos o guarniciones que entrega el talabartero, se diferencian de los del guarnicionero, en que en este los cueros son más finos, la obra más delicada y mejor concluida.

La palabra "pitiado", proviene de la materia prima con la cual se realiza el bordado sobre la piel: la pita

A la llegada de los españoles a la región hacia 1529 encontraron que los indígenas nativos estaban menos desarrollados que aquellos otros del centro y sur del país, sin embargo utilizaban las pieles de los animales de la región para cubrir sus cuerpos y fabricarse calzado rudimentario, tal y como se menciona en la siguiente cita.

Phillipe W. Powell, en su libro La Guerra Chichimeca, señala lo siguiente:

“La desnudez fue la característica chichimeca más frecuentemente mencionada por los españoles; este aspecto de la vida del indio americano había causado la mayor admiración e interés desde los tiempos de Colón. Habitualmente, no llevaban ninguna prenda; cuando mucho, los hombres a veces llevaban un puñado de hojas sobre los genitales, y las mujeres se cubrían con pieles de la cintura a las rodillas por delante y por detrás. (…..) así como ocasionales huaraches con suela de cuero completan, virtualmente, la descripción del atuendo chichimeca.”

Los indígenas del centro del país, los tlaxcaltecos tenían una cultura más desarrollada, se vestían con telas de algodón, cultivaban sus alimentos, criaban sus animales y conocían más artes y oficios que los chichimecas, por ello el virreinato decidió utilizarlos en la conquista de los indómitos chichimecas junto con los frailes y sacerdotes, dado que el sometimiento por medio de las armas, había dejado desastrosos resultados.

Hacia 1591 el Virrey Luís de Velasco envió casi un centenar de familias tlaxcaltecas, a pacificar a los chichimecas de la región de Colotlán y a enseñarles a cultivar las tierras y algunos oficios. A estos colonizadores les fueron concedidos privilegios especiales, de los que no gozaban ningún otro indígena del centro del país e igualmente los utilizaron para atraer a los aborígenes a la causa española para ello les concedieron privilegios especiales en forma de títulos nobiliarios y comisiones militares; extensa concesión de licencias para uso de equipo militar español, especialmente caballos y espadas; protección militar española; regalos; exención de tributos y servicios.

Don Lucas Tellez quien fundo la primer colonia española en el barrio de Tochopa y marco así el asentamiento de los españoles en la región, se cree que fue quien adiestro a los indígenas en el uso del caballo y todo lo concerniente al mismo. Quizás aquí nació la primera necesidad de trabajar la piel para elaborar los aparejos de los caballos y algunos artículos de vestir.

Phillipe W. Powell, en su libro La Guerra Chichimeca, señala lo siguiente:

"Los soldados españoles en la frontera chichimeca pocas veces contaban con buen equipo y abastecimiento. La defensa del Caribe, de las Floridas y las Filipinas requirió mucho equipo, urgentemente necesario en el país chichimeca. Había una escasez crónica de arcabuces, cotas de malla y caballos. La mala paga de los soldados no era la única causa: el factor esencial era la falta de sistema para conseguir equipo en España y en la ciudad de México. Con excepción de caballos, cotas de cuero y escudos, casi todo había de procurarse por medio de la capital virreinal

La cita anterior nos dice que de alguna manera en la región se creo la capacidad de confeccionar artículos en piel, lo que les garantizaba su aprovisonamiento a los soldados españoles encargados de resguardar las fronteras y los cargamentos de plata.

Señala D. A. Brading en su libro Mineros y comerciantes en el México Borbónico (1763-1810)
En 1632, las dos terceras partes del mercurio que consumió la minería se distribuyeron en el norte, comprendiendo a Guanajuato y Zacatecas. Esta preponderancia de la zona norte en la riqueza minera fue el factor que en realidad hizo que se iniciara allí la colonización, ya que pronto cada grupo minero se vio rodeado por un grupo de haciendas que dependían de él. La mayoría de estas fueron organizadas por empresarios mineros que necesitaban grano para sus jornaleros y para sus mulas, así como madera, cuero y otras materias primas para las minas. La prosperidad de las haciendas del norte siguió de cerca los pasos del progreso de la minería.

No debemos de olvidar que Colotlán ubicado en la esfera de influencia de las minas de Zacatecas (descubiertas en 1546) y las minas de Bolaños (descubiertas en 1736) debió de servir a cubrir las necesidades de ellas, con la producción de granos, alimentos, pieles, velas, sebo, madera y otros artículos necesarios para la producción minera, e igualmente el pago por dichos artículos sería en plata, la que con toda seguridad se utilizó para la construcción de viviendas y la elaboración de objetos ornamentales destinados a llenar la vanidad de los colotlenses ricos, objetos tales como los descritos a continuación:

En el libro Fuente y arte del pitiado: Oaxaca y Jalisco, editado por Gobierno del Estado de Jalisco viene la siguiente cita:

"…para honrar a los santos patronos establecidos en cada una de las tres colonias del poblado, por ejemplo en la fiesta de San Luís (se realizaba en dos días), en la que el primer día se sacaba al santo fuera de la población, al siguiente día se ofrecía una comida además de morisma y procesión, en la cual los jóvenes se vestían a la usanza española, con calzones engalanados y chaqueta con banda terciada, y la hacían de moros, ya que llevaban caballos con sillas y estribos repujados de plata amarilla. En cambio en la fiesta de la Purísima del barrio de Tlaxcala era diferente ya que a la virgen se le ponía en medio de un armazón de madera, luego esta recorría lugares en donde a la gente le colgaba a la armazón diferentes artículos entre los que están: pieles, hechuras de plata, animales etc.; todo era para el fin de la fiesta."

Los autores de este libro señalan que el repujado en plata amarilla podría ser el antecedente más antiguo del gusto por adornar dichos artículos de piel.

María del Carmen Velázquez, señala en su libro Colotlán doble frontera contra los bárbaros, que los pueblos de las fronteras hacia 1783-1784, tienen muchas tierras y muy fértiles para el cultivo de semillas, que sus vecinos son principalmente labradores, también criadores de ganado y por último sirvientes en haciendas de campo, plata y minas.

Las primeras noticias sobre la producción de la pita las tenemos en la siguiente cita( Fuente y Artesanía del Pitiado):

"Se considera que 1880 no fue el año en el cual la utilización de fibras duras (Ixtle) se realizó a escala comercial, sino hasta 1905, cuando aumento la producción de fibras en forma apreciable, periodo en el cual la distribución ya era conocida a nivel nacional, e inclusive se dice que en 1898 se exportó por primera vez un furgón de ixtle de palma. (De la vega, 1984)

En 1889 en la exposición de París, se exhibió la fibra de "pita" en el pabellón mexicano, llamando poderosamente la atención por sus excelentes cualidades de finura, color, lustre y resistencia, sobrepasando a todas la demás fibras de la citada exposición (Viera, 1929)

Según datos de el Directorio de la República Mexicana en 1896, existían en Colotlán dos tenerías cuyos propietarios eran: José María Mayorga y Sostenes Loera. Sin embargo no existen indicios que nos aclaren si para esas fechas se utilizaba la pita en la confección de artículos de piel, tal y como lo sugiere la hipótesis de los autores del libro Fuente y arte del Pitiado. La fecha que con certitud citan estos autores para la utilización de la pita sobre piel, es el año de 1927.

En el Libro Historias de Colotlán de los señores; Renato Haro Ortega y Bernardo Carlos Casas, citan que de los 16, 174 mexicanos que pasaron a los Estados Unidos en 1910, 2,801 provenían de Jalisco, principalmente de la región de los Altos y Colotlán. Más adelante señalan que en 1927 existen en Colotlán tres talabarterías, propiedad de los señores: J. Refugio Ortega, Francisco del Real y Nicolás Orozco.

Es importante la cita anterior para señalar que los colotlenses desde principios del siglo XX comienzan a generar redes migratorias hacia el vecino país del norte.

En el año de 1937, Renato Ortega y Bernardo Carlos Casas señalan en su libro que existían 9 tenerías y dos talabarterías, una de ellas de Nicolás Orozco y la otra de J. Cruz Fernández, situación que nos habla de la importancia que tenia la producción ganadera en la región y el proceso de curtimiento de pieles.

Renato Haro Ortega en un artículo titulado "Colotlán en los últimos años" y publicado en la Revista de Estudios Jaliscienses señala que:

En los años 50 la talabartería estaba representada por Nacho Quezada, Toto Galvéz, Cruz Fernández y los hermanos Carrera.

Para ese año la talabartería comienza a tener mayor importancia y a ganar en el gusto de los rancheros, los charros y probablemente los conjuntos de mariachi.

Es indudable que hacia la década de los sesenta ya existe una producción sostenida de artículos piteados y que ya existe una red de vendedores de artículos pitiados y de talabartería en general (muchas veces los productores mismos) quienes transportan sus artículos hasta la ciudad de Guadalajara, México, Tijuana y ciudad Juárez. Dichos comerciantes utilizan las redes de migrantes para acceder a los mercados más lejanos, y probablemente para hacerlos llegar a distintos destinos de la Unión Americana ( Herminio Huizar Sánchez, talabartero)

A finales de los setentas la producción de los artículos pitiados de calidad de los grades artesanos tales como los hermanos Carrera y Nacho Quezada acerca a diferentes artistas y personalidades nacionales al municipio de Colotlán para encargar sus artículos de lujo, tales como fajos, monturas, chaparreras y otros.

" En 1980, el suceso del piteado revoluciona la moda del vestir, trayendo consigo importantes cambios locales en la economía; se comienza a reconocer al municipio de Colotlán, Jal., como origen y desarrollo del piteado. Fuente y Arte del Pitiado

Sin embargo el boom del pitiado puede ubicarse a partir de la segunda mitad de la década de los 80, cuando los fenómenos musicales relacionados con los grupos norteños y de banda quienes utilizan en su vestuario elementos charros y artículos pitiados, fundamentalmente los fajos piteados promocionan dichos artículos y los ponen en el gusto de una población amplia. Es importante señalar que todo este movimiento económico fue posible gracias a la Ley Simpson Rodino, que legalizo a un importante número de mexicanos que residían ilegalmente en los Estados Unidos, así como amplio su capacidad de compra y de movilización internacional. Es importante señalar que el fenómeno de la quebradita, cuyo atuendo le dio auge a la venta de los cinturones pitiados inició en los Estados Unidos y las ciudades fronterizas, tales como Tijuana, San Isidro, San Diego, Mexicali, Calexico y Ciudad Juárez, en donde la confluencia de mexicanos de todas partes de la república mexicana le dio el sello distintivo a este movimiento, propagándose posteriormente hacia la ciudades y pueblos del interior de México y los Estados Unidos.

Este boom de la quebradita disparo la demanda de los cinturones pitiados no solo en Colotlán, sino en todo el país, ante la demanda y los altos precios de los artículos colotlenses comenzaron a surgir copias a lo largo y ancho del territorio nacional, para responder a las demandas locales e incluso externas. La diferencia con esos productos era que no utilizaban los productos originales, en este caso la pita, sino que acudían a otros tipos de fibras locales, de menor calidad, y que el bordado de los trabajos era con mucho inferior al trabajo de los artesanos colotlenses, que tenían una escuela superior. Sin embargo el exceso en la demanda del producto y el desconocimiento de los compradores ocasiono que la calidad de los mismos productos colotlenses bajará drásticamente. Las necesidades del mercado eran cantidad más que calidad. Lo que facilito las cosa a los empresarios locales quienes buscaron mano de obra más barata en los municipios y estado cercanos, llegando incluso a acudir a estados como el de San Luis Potosí, en donde el precio de la mano de obra era más barato.

En la actualidad existen talabarteros que producen bordado en muchos estados del país, sin embargo la diferencia entre ellos y los colotlenses es que aquellos utilizan fibras más groseras, que la pita en sus trabajos, y los colotlenses continúan utilizando la pita proveniente de Oaxaca.

"En octubre de 1991, en una nota publicada en un periódico local de la ciudad de Colotlán, se da a conocer que el Sr. Armando Gaeta Loera, es el principal comerciante en artículos de talabartería, vendiendo un promedio de 600 cintos (suponemos que pitiados) al mes; así como también menciona tener mercado activo en las ciudades de Guadalajara, Ciudad Juárez, México, Culiacán, Michoacán y en el extranjero, principalmente en los Estados Unidos de Norteamérica, específicamente en los Angeles California y San Francisco a donde envía 200 fajos al mes. El señor Gaeta menciona haber enviado muestras en meses anteriores a Francia. Afirma también haber vendido una muestra al Instituto de la Artesanía Jalisciense, quien la enviaría a Tokio, Japón, donde actualmente se exhibe. Finalmente menciona contar con 300 trabajadores distribuidos en la región norte de Jalisco y sur de Zacatecas que realizan los trabajos de artesanía."

En 1997, la población de Colotlán reconoce que las personas que mayor conocimiento tienen sobre el "pitiado" son los señores Raymundo Raigoza, Ignacio Quezada de Luna, Hermanos Carrera (Rito, Lupe y Pedro), hijos de Cruz Fernández el "chico", Chepo del Real, Felipe Quiñones Soriano y Mario Montoya de la Rosa.

"Así también, algunos de ellos coinciden en mencionar que los más antiguos en el oficio fueron los señores: Cruz Fernández "grande", Nicolás Orozco y Amado Nuñez.

A mediados de la década de los noventa la artesanía comenzó a sufrir los estragos de una feroz competencia de artículos de imitación, cuyo bajo costo permitió que se vendieran ventajosamente en todo el país.


BIBLIOGRAFIA

María del Carmen Velázquez, Colotlán doble frontera contra los bárbaros. Universidad Nacional autónoma de México. 1961

Bernardo Carlos Casas y Renato Haro Ortega, Historia de Colotlán, 1991

Renato Haro Ortega, Colotlán en los últimos días, Estudios Jaliscienses # 8, Mayo de 1992. P.p 51-66.

R. San Juan, Et al. Fuente y arte del pitiado. Oaxaca y Jalisco. Gobierno del Estado de Jalisco, Secretaría de Promoción Económica.

D.A. Brading. Mineros y comerciantes en el México Borbónico. (1763-1810) Fondo de Cultura Económica, 1985.

Caminos...


Hasta 1720 el camino carretero que hoy une a Guadalajara con Colotlán, era un camino de arrieros, que al aprovechar el puente de San Cristóbal permitía el desarrollo económico de poblaciones como el Teùl y Tlaltenango. En ese año, se terminó de construir el Puente Grande y surgieron a la par la comunidad de ese mismo nombre y poblaciones como Zapotlanejo y Tepatitlán, que tuvieron un desarrollo económico acelerado, dejando de prosperar la región norte de Nueva Galicia, especialmente Tlaltenango y el Teúl.

En 1880 el Ing. Juan Ignacio Matute recomendaba hacer un camino formal entre Tlaltenango y Guadalajara, con el objeto de canalizar hacia esa plaza toda o parte de la producción agrícola, ganadera y en pequeña escala industrial, que se producía en la región. Había rebocerías y telares de lana y varios molinos de trigo.

El Ingeniero proponía que el camino se trazara por donde ahora mismo está. El decía que su costo no podría ser mayor a $40,000. pesos los cuales serían aportados a partes iguales por la federación, el estado y el municipio.

Nada se hizo entonces, hubo si otro intento en 1895 de unir Zacatecas con San Blas y Manzanillo por ferrocarril, pasando por los pueblos que hoy toca la carretera, según lo comenta en su obra D. Alfonso Luis de Velasco. (Estadística de la Republica Mexicana. Secretaria de Fomento. México. D.F. 1896).

En 1919, se tuvo la siguiente noticia sobre la carretera. El Dr. Donato Moreno, gobernador de Zacatecas, en su informe decía que se había autorizado el camino carretero entre Zacatecas y Tlaltenango.

Por lo tanto, Guadalajara y Zacatecas estuvieron unidos por caminos de arrieros hasta 1720, de entonces hasta 1810 el camino medio se borró.

Con la lucha de independencia se abrieron veredas y caminos reales, y el antiguo sendero a Guadalajara cobró cierta importancia. Después de la década de los cincuenta se realizan algunas obras del viejo proyecto.

En 1960, se une Jerez con Tepetongo.

En 1970 se trabaja en la carretera Guadalajara- San Cristóbal

En 1980, se pavimenta la carretera Guadalajara- San Cristóbal de la Barranca.

En 1982, se une Tlaltenango con Zacatecas por la carretera pavimentada. Esta pasa por Colotlán, Huejúcar, y Santa María de los Ángeles.

En 1984, llega el pavimento a el Teúl

En 1985, se une por terracería San Cristóbal con el Teúl.

En 1986, se inaugura la carretera Guadalajara-Colotlán y culminan un sueño que comenzó hace trescientos años.

El maíz II





De padre a hijo, de generación en generación se transmitieron los tiempos, los secretos, los rituales en los que se cosechaba el maíz, y se aprovechaba todos los derivados de una cosecha. Era distinto a las formas de la actualidad, las personas antes hacían su trabajo con escasa tecnología, pero se ingeniaban para crear sus propias formas de trabajo.




CULTIVO DEL MAIZ

La gente de antes era en extremo observadora, vivían en contacto con la naturaleza, la respiraban, la entendían, las respetaban y obraban conforme ella les indicaba. Desde la cosecha anterior ya habían separado sus mejores granos para la siguiente siembra, realizando una selección minuciosa que conducía a un mejoramiento natural de sus semillas. Apenas iniciaba el año y ellos tomaban sus lecturas de cómo se vendría el siguiente temporal. En esos primeros meses comenzaban a decidir el mejor tiempo para sembrar y actuar en consecuencia. En el temprano mayo o ya más entrado el temporal, en las primeras lluvias. En consecuencia los campesinos preparaban la tierra para empezar a cultivar.

Antes de las lluvias, se volteaba la tierra con una yunta de bueyes, compuesta además de los animales, por un arado y un yugo, que era un palo que se les ponía a los bueyes sobre el cuello, el arado llevaba una reja en la punta inferior, que servía para abrir la tierra.

Después de haber volteado la tierra, esperaban que las primeras lluvias mojaran la tierra, ni muy mojada ni muy seca, y con el arado se abría la tierra, para lo cuál se le colocaban las orejeras, las que ayudaban a que se extendiera la tierra, y detrás de el arado se colocaba el sembrador que iba echando los granos de maíz de uno en uno, a una distancia de unos 40 centímetros, el uno del otro.

Una vez depositados los granos en el surco, se regresaba la yunta tapándolos y así sucesivamente hasta terminar toda la extensión que se fuera a sembrar. Con una yunta de bueyes se sembraba aproximadamente unos 50 litros de maíz, y se tardaban unos 15 días.

LO QUE SE TARDABA EN SALIR LA CAÑA

A los 5 días de sembrada la tierra empezaban a salir las primeras cañitas. Y a los 8 días, ya habían brotado, todas aquellas que deberían haber brotado, creían que no iban a salir ninguna caña más, a muchos les funcionaba y a otros no.

A los 22 días después de haber sembrado, ya se le podía dar una escarda a la tierra, con el mismo arado con el que habían sembrado, pero con una orejera, un poco más chica. La cuál iba a un lado de las cañas, la cuál siendo mas chica, no las tapaba o aterraba con la misma tierra que iba abriendo, y la otra orejera era mas larga, parecida aquella con que se sembraba. Igual que cuando se sembraba se daba vuelta por el mismo surco. Esté era un proceso en el que se tenía que tener mucho cuidado porque los animales a veces eran muy broncos y podían golpear a los que iban sembrando. Casi todos los hombres tenían un mismo estilo para hacer este proceso.


SEGUNDO BENEFICIO PARA LA TIERRA

Este segundo beneficio para la tierra se hacia con el arado por en medio de el surco, aquí si cambiaba la forma de hacerlo, porque cuando daba vuelta el arado se cambiaba al siguiente surco. Esto era para que el surco se hiciera más hondo y cuando lloviera, la tierra guardara más tierra y humedad.“Este era el ultimo beneficio hecho para la tierra”.

CREENCIAS Y CALCULOS DE LAS PERSONAS DE ANTES


También se sabía que a los 3 meses después de haber sembrado ya había elotes, y 15 días después de haber salido ya todos los elotes, se cortaban las espigas de la caña, con una herramienta llamada zacatera. Con estas espigas se hacían unas llamadas brazadas, que se iban poniendo a una distancia de unos 10 metros. Ya estando cortada la espiga se dejaba que se secara y servia como un alimento para sus animales que eran muchos en aquel tiempo, y era los mejores e incluso era de los que mas les gustaban.



MONOS DE TAZOLE

El tiempo para hacer los monos de tazole, que era la manera en que se guardaba la pastura, era cuando ya se había secado la espiga de la caña. Estos monos se hacían en la madrugada, antes de que saliera el sol, con el fin de que todavía estuviera mojada la espiga con el roció de la madrugada, Porque al salir el sol se seca la espiga y se quiebra muy fácilmente, entorpeciendo la labor. Los monos se hacían con las espigas, estas las amarraban con unas varas, llamadas varaduseas. Estas varas se partían por la mitad, se amarraban de las puntas de las mismas varas, después por la mitad de las brazadas de las espigas, esto era para darles la forma a la cintura. Y con unas varas más cortas se amarraba la parte de arriba, formando la cabeza del mono. Después se dejaban los monos en los barbechos para que se secaran. Los cuales una vez secos los guardaban en almacenes para utilizarlos como forraje para los animales.


DESPRENDIMIENTO DE MAIZ DE LA MAZORCA

Una vez que se había secado el elote, seguía la llamada pizca del maíz.

Para esto, los hombres se colgaban unas quiliguas (contenedores o canastas grandes hechos de mimbre), en los cuales iban recogiendo las mazorcas, que cortaban de surco en surco, algunos o la mayoría hacían montones en el campo, o los vaciaban en costales de ixtle, en donde el producto se maltrataba menos. Después babeaban las mazorcas, en una parte donde les diera el sol para que se fueran secando poco a poco, y ya que estuvieran secas, se pasaban al llamado desgrane, que era el proceso en el cual se desprendía el maíz del olote, ellos hacían unas llamadas oloteras, para que se les facilitara y lo hicieran más rápido. Estas oloteras las hacían con los mismos olotes, los cortaban muy parejos todos, y les daban una forma redonda.

EL NIXTAMAL

Una vez pizcado el maíz se hacía el nixtamal. Se ponía el maíz en un balde, y se agregaba agua, en cuanto lo tapara y se le agregaba cal, según la cantidad de maíz que se fuera a preparar de nixtamal. Se ponía el balde a fuego lento, procurando que no hirviera el agua. Para saber si ya estaba listo el nixtamal, agarraban un grano de maíz, lo refregaban en los dedos y si el grano se pelaba, el nixtamal ya estaba listo. Al siguiente día, las personas procedían a molerlo en metate, o en un molino casero, y el producto es los que llamamos masa. Con los que se prepara: tortillas, tamales y atole blanco.

LAS CABAÑUELAS

La gente de antes creía que en los primeros días del año, era posible saber cual iba ser el tiempo para todo ese año, a ello le llamaban las cabañuelas. Cada uno de los días entre el primero y el doceavo, representaría el clima para cada uno de los meses del año.
Y después se iban a regresar sucesivamente de día en día como por ejemplo, el 13 de enero iba a ser noviembre, el 14 iba a ser octubre, y así hasta que saliera todo el año. De allí tomaban sus lecturas y actuaban en conformidad, en sus predicciones para el temporal. Ellos creían que las aguas iban a llegar después del miércoles de ceniza, cuatro meses después.

L.C.

El maíz


En el principio fue el maíz, y fue la tierra
y fue un tiempo en que alimento y sudor fueron hermanos,
que no bastaba la palabra para hacer la guerra;
que no había mayores motivos para enconos
que no se podía vivir atado a la rencilla


en el principio solo fue mirar el horizonte y descansar la vista
en el tiempo circular de la rueda y la labranza,
de los tiempos de lluvia de los tiempos de sembrar y recoger,
de ventear la canícula
de esperar a que escampara la tormenta
de vivir en santa paz
recogidos para adentro,
de esperar por el curso del destino
de hacer lo que se debía hacer,
de llevar los ciclos de la vida en su inmutable devenir,

en el principio siempre hubo un principio
y nunca hubo final
en el principio había el pastor y su palabra
y no se agotaba ni el pastor ni la palabra
porque siempre encontraba nuevos manantiales
nuevos abrevaderos y cuando se quedaba mudo
entonces venia la mano y hablaba mas alto y mas firme que palabra alguna;


y fue entonces que llegaron
aquellos que habían sido puestos en camino por la palabra
y llegaron a lomo de animal
enfundados en sus deseos de querer la tierra
de hacer de ella un campo florido y abundante
de hacer que lo estéril se alejara con el viento y la borrasca,


y volvimos a tener otro principio,
como siempre ha sido un principio que marca punto del final,
que inicia una nueva vuelta de la vida,
que desde siempre ha estado allí.

Mateo Saldaña
















Mateo de los Angeles Uriel Saldaña Dosal

Mateo Saldaña, como regularmente se le conoce nació en la ciudad de Totatiche, Jalisco, hacia el tercer cuarto de siglo XIX, hijo de don Miguel Saldaña, un prospero comerciante colotlense. En el seno de la sociedad colotlense paso su infancia el pequeño Mateo y descubrió sus dotes y aspiraciones artísticas, aventurándose a la ciudad de México a sus 17 años para continuar con su formación pictórica. Hacia 1892 ingreso a la academia de Artes de San Carlos, en donde se distinguió como un alumno excepcional, recibiendo muchos premios e incentivos por la excelencia de su trabajo, varios de ellos de las propias manos del Presidente de la República, General Porfirio Díaz.

Mateo Saldaña fue el alumno predilecto del Maestro de la luz, José María Velazco, uno de los grandes e ilustres paisajistas de México, quien dio a conocer al mundo, algunos de los más bellos paisajes y escenas mexicanas. La gran capacidad expresiva y plástica de la pintura del alumno, Mateo Saldaña, le abrió la posibilidad de primero auxiliar a su maestro con su clase de dibujo de paisaje, y posteriormente quedarse con la titularidad de la misma, en la Academia de San Carlos, que para entonces había cambiado su nombre a Bellas Artes.

Mateo de Saldaña fue el insigne maestro de decenas de generaciones de jóvenes artistas que pasaron por su aula de clases, y quienes abrevaron discretamente de su talento y arte.

Las obras de Mateo Saldaña se encuentran a la altura de las de los mejores paisajistas mexicanas, incluyendo las de su maestro José María Velazco, sin embargo continua siendo una incógnita, el porque no haya recibido en vida los honores y atención que su obra merecía, es hasta después de su muerte que su trabajo comienza a ser reconocido y el precio de sus obras alcanza sumas estratosféricas. Se presume que su obra pudo alcanzar un número superior a los 350 cuadros , sin embargo actualmente se conocen aproximadamente 250 de ellos, las cuales se encuentran en colecciones privadas mexicanas y extranjeras. La primer exposición venta de sus cuadros, ocurrió trece años después de su muerte en el Hotel María Isabel de la ciudad de México, en donde 17 de sus cuadros fueron presentados y rápidamente vendidos.

Los temas predilectos en la obra de Mateo Saldaña, son ranchos, haciendas, serranías, caídas de agua, lomeríos, vistas de pueblos en panorámica, llanos arbolados, plazas, y templos de diferentes regiones de México, y en ellos puede apreciarse un excelente manejo de la luz, un realismo asombroso con el que plasma la naturaleza con toda fidelidad, con un toque excelso de armonía de todas sus composiciónes. Pero para nosotros los colotlenses quizás los cuadros más interesantes y representativos, son aquellos, que se han dado en llamar “colotlanes” y “totatiches”, en los que Mateo Saldaña ha retratado o recreado, nuestros paisajes y nuestros pueblos, y que fueron ideados o compuestos en el placentero momento, que todo viajero o expatriado siente al visitar o evocar la tierra benigna que le vio nacer y crecer. Todos los que hemos tenido que alejarnos de nuestro terruño, sabemos de la añoranza, de soportar el día en cualquier parte del mundo, pero las noches, todas ellas las pasamos inevitablemente en nuestro Colotlán. Quizá no físicamente, pero si en nuestra memoria, imaginación y nuestros sueños. Difícilmente, pudo haberse escapado Mateo Saldaña a la añoranza de su Colotlán y su Totatiche.

Se desconoce casi todo sobre su vida, su familia, su esposa, sus hijos, su discreta vida artística y el momento en que rompió el cordón umbilical con su terruño y el destino decidió que no regresaría jamas a su tierra. Su paso por la vida fue discreto, al igual que lo ha sido su espléndida obra, no obstante la gran maestría que Mateo plasmo en cada uno de ellos. Estoy seguro que Mateo Saldaña, quedo marcado para siempre con el ser y el sentir del colotlense autentico, como lo demuestra su humildad, aún a sabiendas de la grandeza de su arte y genio se abstuvo de buscar los aplausos y la gloria. Pudiendo haber estado codo con codo con los grandes pintores de su época, prefirió la tranquilidad del aula y el sereno goce y disfrute de su creatividad, en el feliz solaz de su estudio ubicado en la azotea del antiguo Museo de Antropología, en la calle de la Moneda.

Las obras más renombradas del maestro Mateo Saldaña son “La Vuelta del trabajo” que realizará a sus veintitres años para presentarlo en su graduación y el “Antecoro del convento de Churubusco” En Colotlán no estamos aún seguros de tener una sola de sus obras, se presume que un cielo raso con querubines, en poder de casa de la cultura de Colotlán, pudiera ser suyo, sin embargo la última palabra aún no la sabemos, entretanto muy bien podemos dedicarnos a esculcar los sótanos y arcones de nuestros abuelos, en la búsqueda de una obra olvidada y desconocida del gran artista colotlense, Mateo de Saldaña.

Mateo Saldaña recibió y enfrento sereno a la muerte, un 30 de marzo de 1951, en su casa ubicada en la calle Carlo Dolci de la ciudad de México y fue enterrado en el panteón Jardín, sitio desde donde espera con paciencia que sus coterráneos le hagan justicia, y le lleven a reposar hasta el día del juicio final, cerca de los hermosos paisajes que pueblan sus sueños y su obra. “Los Colotlanes” y “Los Totatiches”

La mujer colotlense


La mujer colotlense hasta hace muy poco, siguió el prototipo idílico de la mujer mexicana: toda belleza, inocencia, prudencia y recato. Pero como nada es para siempre, han comenzado a cambiar, adoptando muchas de las actitudes y vicios de sus machos. El lenguaje sencillo y limpio que otrora ostentaron nuestras madres, se ha venido modificando con las palabras de moda, la voces groseras de los pelados y los comentarios de los borrachos. Afortunadamente, siguen conservando ese gusto por vestirse bien, por realzar su belleza e impactar ante todo por su hermosa presencia. Los ideales de dulzura y sensatez en la mujer, son virtudes en desuso que nadie extraña, ni a nadie le hacen falta, y que ni por ensalmo han llegado a los oídos de las jovencitas. En su favor diremos, que han sabido integrarse con eficiencia y capacidad a los retos económicos y productivos de nuestro momento. Que han sabido explotar de hecho la igualdad con los varones. A decir verdad no hay distingo entre un hombre y una mujer cuando de divertirse y de beber de trata. Es bueno reconocer y aceptar lo que somos y lo que nos gusta ser. Todo aquello que no es así, se llama hipocresía, y hace más daño que la verdad cruda.

El colotlense




El colotlense se caracteriza por su aire festivo, su humor zafio pero directo y sincero. Las chanzas agudas y los dobles sentidos, son el medio más eficaz para conseguir el regocijo popular. El colotlense gusta de llamar la atención sobre si, de hablar fuerte y burlarse sin miramientos del amigo y el enemigo. De pavonearse frente al sexo opuesto, de coquetear y exhibir su gallardía con una sonrisa de cinismo y suficiencia. En su fuero interno se asume como un vaqueton de marca, un alguien capaz de grandes hazañas de conquista sentimental; de actos decisivos de coraje y determinación; de memorables borracheras y sobre todo de desdén por los actos y emociones humanas, a las que califica de femeninas. El colotlense no vive sin el amor de una mujer, pero tampoco se somete a sus emociones, a las que califica de debilidades y por ello, se empeña en manipular, hacer sufrir y someter a su amada, como signo inequívoco de que no se lo traen, de que no se doblega, de que hace lo que se le pega en gana. Detrás de cada colotlense hay un nutrido grupo de amigos, con los que comparte sus emociones a medias, y con los que festeja sus triunfos y fracasos, grandes o pequeños. Con ellos pasa todas esas horas libres, muertas, y las de ausencia de sus hogares. Inequívocamente con una cerveza o vaso de vino en la mano, mientras vocifera las mayor cantidad posible de necedades.

El charro


El vínculo del colotlense con el caballo tiene muchos siglos de existencia. Cuando se fundo Colotlán en el año de 1591, a los indios tlaxcaltecas que vinieron a colonizar, se les dio el privilegio de montar a caballo y vestir como hidalgos. Desde entonces nuestra vida a sido más amena, en la compañía de ese gran amigo que es el caballo.


El charro mexicano, simboliza la invención de nuestro país, desde la llegada de los españoles a nuestros días. Proceso que se realizo palmo a palmo sobre los lomos de los caballos. Los mineros, misioneros, religiosos, mercaderes, soldados, insurgentes, liberales, revolucionarios y cristeros construyeron nuestra historia montados en la silla de un caballo. Aún nuestros abuelos gustaron de ese privilegio, que hoy solo unos pocos, entienden y disfrutan. La dignidad y valores de nuestra cultura y raza se encuentran representados en ese arte milenario, nacido del cabal entendimiento entre la noble bestia y su jinete.

Las Charreadas




La fiesta mexicana por excelencia: la charreada, es el escenario perfecto para que la sociedad colotlense se reúna; para que las mujeres hagan gala de su belleza, vestidas a la usanza vaquera, con botas, sombrero, jeans y el sello especial de nuestro pueblo: el cinturón piteado. Los varones vestidos a toda gala, haciendo ostentación de dobles y redobles cintos piteados, sombreros de incalculables x’s, aprovechan la oportunidad para gritar a todo pulmón, convivir con amigos y familia, y desde luego darse gusto con un trago o una cerveza. Es una fiesta para reír, admirar, exhibir, disfrutar, ovacionar e incluso disentir con los jueces y vecinos de grada.

La fiesta charra es el único sitio donde nos damos gusto de reírnos a carcajada abierta y con total impunidad de la mujer, los charros, las suegras, e incluso nosotros mismos, merced al narrador que entre pausa y pausa adereza el festejo con un chiste o comentario picante.

La tambora con sus festivos sones y corridos eleva los ánimos con el trepidar de sus instrumentos, entre los muros y los alborozados corazones. Las complacencias están a la orden del día y cuando los silencios se prolongan demasiado, nunca falta el gritón, que a voz de cuello exclama: y esos músicos trompa de hule a toque y toque. Grito que arranca inevitablemente la hilaridad de una concurrencia, harto predispuesta a divertirse.

En un ambiente de festejo, los charros vestidos con los trajes de faena, en colores claros y luciendo soberbios pencos, de extraordinaria musculatura y belleza, se dejan admirar de las mujeres y envidiar de los hombres. En tanto que soberbios, fingen concentrarse tan solo en su tarea.

Las diferentes suertes ponen a prueba la resistencia de los espectadores, con la angustia en un hilo. Desde que inicia el festejo con la cala de caballo, las mujeres ahogan un oh de sorpresa y admiración, con el jinete que detiene su corcel milagrosamente a centímetros del muro. Los píales en el lienzo, hacen vociferar a los expertos y los toros derribados aparatosamente, despiertan la algarabía de todos los presentes. Cuando la yegua sale despotricando incontenible, la respiración de los centenares de espectadores se ve contenida en el pecho, y es solo hasta que el jinete salta victorioso del lomo del animal, que vuelven a respirar con normalidad. Las manganas a pie o caballo, siempre absorben la atención del exigente público y el paso de la muerte, siempre cierra a tambor batiente la sesión. Cada momento de la charreada, es un momento especial, que requiere la atención total del público y de su respeto. Así terminada la faena, la gente regresa contenta y alborozada al pueblo, a seguir disfrutando de la noche. Y esperando la próxima cita de la fiesta mexicana por excelencia: la charreada.

Agustín Rivera y los problemas agrarios





La revolución mexicana, a principios del siglo XX, sin haberlo querido del todo, rompió el viejo sistema agrario, sin que con ello se hubiesen resuelto los graves problemas sociales del país. La explotación y el privilegio no obstante los repartos agrarios y la nueva constitución, persistió en el campo, aún cuando bajo formas nuevas en el ejido. La oligarquía latifundista a allí donde desapareció, fue remplazada por el interregno de campesinos jóvenes ambiciosos, enérgicos y ávidos, los mismo que dirigían los ejidos y se servían a si mismos, sirviendo al gobierno. El viejo individualismo campesino se despertó entonces en el corazón de estos jefes que pasaron a ser los nuevos gallitos locales e hicieron el juego del gobierno, el cuál dividía para reinar, quebrando las viejas solidaridades, suscitando una minoría privilegiada, en el seno de estos privilegiados que eran los ejidatarios, y haciendo inevitable la corrupción de cierto número de líderes, que una vez salvados traicionaban a sus hermanos.”

Los defectos del antiguo régimen reaparecieron sin estar ya justificados o atenuados por la tradición, la costumbre o la moral, sin el prestigio de una riqueza, de una cultura, de una historia secular que enmascaraba, con paternalismo su violencia fundamental. Entre esta violencia sin recato y los sueños utópicos de los campesinos, ¡que contraste! Las defensas agraristas no tardaron en adquirir los malos hábitos de los antiguos rurales, y sus exacciones hicieron que pronto fueran detestados.

El movimiento agrarista, de todos aquellos desnudos que reclamaban un pedazo de tierra para subsistir, comenzó cuando aún era muy temprana la revolución, así que para el año de 1920 en la ciudad de Colotlán ya existía un partido agrarista fuerte y muy bien organizado. Para noviembre de ese mismo año los agraristas ya le disputaban el control político del municipio al partido conservador que se había constituido durante los años de privilegio del porfirismo. El Partido Conservador o de los fanáticos, como se le conoció después, estaba encabezado por las personas más respetables y ricas de la ciudad. El jefe del partido conservador, era Paco Huízar, comerciante reconocido y líder moral de todos los propietarios de tierras, que asustados buscaban defender a como diera lugar sus patrimonios.

El 3 de noviembre de 1920, con motivo de la ausencia de autoridades que gobernaran el pueblo se realizó un plebiscito en la plaza principal, donde agraristas y reaccionarios se apedrearon, habiendo intervenido la fuerza federal para tranquilizarlos. Como no llegaron a ningún acuerdo político en el acto que se menciona, Felipe Torres Preciado, presidente comisionado, propuso una terna que gobernase, la cual no fue del agrado de todos, lo que originó que las discusiones se reanudasen, hasta que Torres Preciado nombró un Consejo Municipal, encabezado por el Sr. Tereso Aldana, mismo que tomó posesión y concluyo el año.” Este hecho marca el inició de un largo periodo de conflicto social interno que tendrá como objetivo principal una nueva distribución social de la tierra.

Los agraristas colotlenses, cuyo líder principal era don Martín Plascencia, el precursor del agrarismo en la región, pronto de dieron cuenta que para fortalecer su posición política y garantizar un reparto de tierras favorables a sus intereses e ideología revolucionaria, era necesario solicitar el apoyo del gobierno con armas y las resoluciones favorables. En 1924, el Sr. Plascencia apoyado por los señores Primitivo Huízar Robles, Rogaciano Márquez, José María Navarro y otros, urgían a las Autoridades agrarias la dotación profesional a varios ejidos.

Pero no es sino hasta el año de 1926, con el conflicto cristero encima, que el gobierno les dio armas al grito de “Tierra y Libertad”. De esta forma, el gobierno utilizó a los campesinos para enfrentar a los rebeldes cristeros, muchos agraristas tuvieron que prestar servicio militar permanentemente. Al principio solo debían permanecer en el lugar del acantonamiento, organizados en grupos de autodefensa que permitían la división en zonas y la vigilancia; pero después se les utilizó también para constituir la vanguardia de las tropas federales y en ocasiones para formar verdaderos ejércitos que salían en operaciones muy lejos de sus bases.

Es bajo las condiciones de la guerra cristera que en el año de 1927 se destacó un joven campesino proveniente de la comunidad del Carrizal, cuyo nombre es Agustín Rivera, y que merced a su valor e inteligencia rápidamente se convierte en el líder indiscutible de los agraristas. En septiembre y octubre de ese mismo año, las comunidades del Carrizal (Colotlán), Sotoles y Huacasco (Santa María) reciben dotación de tierra provisional. Con estos repartos el gobierno federal asegura la leal participación de sus aliados campesinos en el sometimiento de los cristeros. Sin embargo esta situación incrementó el odio entre los agraristas y los conservadores, muchos de los cuales apoyaban abiertamente a los cristeros. Esta decisión tomada precipitadamente por el gobierno federal tiene como fin mantener la lealtad de los agraristas, de la que no estaba totalmente seguro. Es curioso que en agosto y septiembre de 1926, en tanto que el gobierno organizaba febrilmente las milicias agraristas en Zacatecas, ese mismo gobierno desarmaba a los agraristas de Veracruz, de Michoacán, de Guanajuato y de Jalisco por temor a que la insurrección cristera reclutara entre ellos. Lo extraño es que los cristeros compartían esa misma creencia y esperaban firmemente resolver el problema de las municiones y del armamento con la incorporación inmediata de los agraristas, “tan católicos como nosotros”. No fue así, y en diciembre, en todo el país, los agraristas eran ya los auxiliares del ejército.

El domingo 8 de mayo de 1927, los rebeldes al mando de Felipe Sánchez, Quintanar y otros pusieron sitio a Colotlán. que estaba resguardo por de las tropas federales comandadas por el Teniente Coronel Medina quien contaban con el apoyo de los agraristas. La acción comenzó a temprana hora, y se prolongó hasta mediodía en que los sitiadores se retiraron dejando algunos muertos, en vista de haber sido atacados por la retaguardia por los agraristas de Huacasco, leales también al gobierno.

La importancia que el grupo agrarista había ganado en Colotlán se vio comprobado en el año de 1928, cuando el gobierno estatal confeccionó una planilla de munícipes encabezada por Jorge E. Preciado para gobernar; en Colotlán el grupo agrarista encabezado por Agustín Rivera y Leovigildo Corona organizaron su propia planilla, así que cuando Preciado llegó a tomar posesión, los agraristas ya se habían adelantado, impidiéndole la entrada. Agustín Rivera tomó posesión como presidente, y el Sr. José María Navarro como vicepresidente. A partir de este hecho, Rivera se perfiló como el líder indiscutido del agrarismo en la región, su personalidad y valentía mucho le ayudaron para encumbrarse, aunque su falta de cultura más tarde dividió a los agraristas y liberales en dos bandos distintos.

Como presidente Agustín Rivera fue un líder con grandes dotes organizativas, no obstante su falta de instrucción y su carácter reacio. En el mes de mayo de 1928, realizó grandes festividades con motivo de la batalla de Puebla. Reconstruyó el palacio municipal, cotizando forzosamente a los comerciantes y demás personas solventes de la ciudad. Durante su encargo existió un marcado interés por el mejoramiento de la administración municipal y el impulso a la educación. Para todas estas mejoras influyo mucho el Prof. Francisco Javier Huízar Martínez, quien se convirtió en uno de los mejores consejeros y amigos del presidente. En este periodo se exigió el uso del pantalón a todos los individuos, pues era bastante común el uso del calzón; los policías recorrían la ciudad en busca de niños vagos para llevarlos a la escuela.

Sin embargo, algunos de los problemas comenzaron cuando, el partido agrarista, a cuya cabeza se encontraba Agustín Rivera cometió el error de permitir entre sus filas a individuos de dudosa conducta, bandoleros y asaltantes, a quienes defendió sin condiciones. Mucha de la gente se quejaba del constante robo de su ganado, y se achacaba el abigeato a los amigos de Rivera. En tal caso de cosas, los liberales que tuvieron la inteligencia de distinguir perfectamente el lado malo de cada uno de los bandos, decidieron apartarse de la política, aunque simpatizando con Rivera.

Muy pronto este grupo liberal encabezado por los señores: J. Jesús Rosales, Francisco R. Mayorga Adolfo y Jesús Moreno, Prof. J. Francisco Martínez, Carlos M. De León, Andrés Iturriaga, Segundo Ortega, J. Inés Huízar, comenzó a organizarse políticamente para disputar el control político a los agraristas. Buscaban establecer un contrapeso a los desmanes de Rivera y sus amigos, pero sin caer en la postura de los llamados fanáticos, quienes apoyaban de manera descarada el movimiento cristero, con granos, arma e incluso dinero. Sin embargo la fortaleza del partido agrarista todavía estaba bien cimentada con hombres como Paco Martínez, acostumbrados a enfrentarse con la muerte en los campos de batalla. Agustín Rivera, no buscó integrar a los disidentes, sintiéndose fuerte con sus aliados, que en muchas ocasiones aprovechaban su situación para cometer desmanes y tropelías. De esta forma Rivera, se cerró el mismo la posibilidad de continuar siendo un resorte vivo para el desarrollo económico y social del pueblo. Los liberales habían nutrido con ideas y apoyo moral y económico su administración.

Para el año de 1929 en que se celebraron nuevas elecciones, y en que a nivel nacional se había formado el partido aplanadora, el PNR, los agraristas triunfaron, encabezados por segunda ocasión por Agustín Rivera, como presidente y el Señor J. Jesús Rosales como vicepresidente. En tanto que muchos liberales se abocaron a conformar el comité del PNR en Colotlán, allí participaron los señores: José María Navarro, J. Jesús Rosales, Leovigildo Corona, Fernando Bustio G. Primitivo Huízar, Prof. Francisco Huízar M. Y otros.

Para el 19 de marzo de 1929, cuando estallo la rebelión Escobarista, el 75º regimiento abandonó la región acompañado de un buen número de agraristas y familias simpatizadoras del gobierno constituido. Los segundos se quedaron en Jerez y agregándose a los agraristas de aquella ciudad, alcanzando las fuerzas el número de 400, que dispuestos, esperaron con tranquilidad el ataque de los cristeros, pues nuestra región y buena parte del estado de Zacatecas, habían quedado dominados por los cristeros. Así, en los últimos días de marzo y primeros de abril, nuestra ciudad se vio llena de elementos del ejército liberador, al mando del famoso Gorostieta y demás jefes rebeldes que a su llegada realizaron un gran mitin en la plaza principal. Hubo discursos y descargas en señal de regocijo y atención al creer que su triunfo estaba asegurado. Se nombró presidente municipal al señor José Flores, comerciante de reconocida filiación rebelde. Pero este triunfo aparente de los coterráneos no se había de prolongar por muchos días.

A raíz de haber aplastado con demasiada prontitud la rebelión Escobarista, el gobierno comisionó al Gral. Montalvo con mil soldados y seiscientos agraristas de la región, el objeto de pacificar a la misma, llegando a mediados de abril. Tuvo su primer encuentro en el Tesoro, cerca de Jerez inmediatamente después de su llegada. En esa acción, más de doscientos federales dieron la espalda al enemigo, circunstancia que puso en peligro, no solamente al Estado Mayor del general Montalvo, sino a todas las fuerzas gobernistas. Es de notarse que se peleo a bayoneta calada y que la batalla terminó después de mediodía; se efectuó la más horrible confusión por haber robado los rebeldes la contraseña a los agraristas, que consistía en la manga izquierda arremangada. Los cristeros en número aproximado, de 2500 , hacían esfuerzos denonados por ganar las ventajas de una elevación en el terreno de la lucha, y fue así casi en las alturas de la misma donde los combatientes cayeron hasta el horror. El propio General Montalvo estuvo a punto de caer abatido, sino es por la oportuna intervención de los jefes agraristas, entre ellos el Sr. Primitivo Huízar, que protegiéndolo valientemente, lograron no solamente cambiar la contraseña de buen número de agraristas, sino instalar en las alturas tres ametralladoras, habiendo salvado la situación de desesperación de los artilleros que debidamente instalados, hicieron estragos en las filas enemigas. El campo quedo cubierto de cadáveres de ambos bandos, y ya entrada la noche llegó a Jerez y no obstante no haber sido derrotado, perdió muchas piezas de artillería y más de cien soldados, sin contar los desertores que por intervención de los propios jefes agraristas, conservaron la vida.

Los simpatizantes del Ejército Libertador tuvieron la mayor decepción de su vida al contemplar tristemente la ocupación de la ciudad por parte de las fuerzas gobernistas. A pesar de que todos los jefes sabían quienes en la ciudad auxiliaban moral y económicamente a los rebeldes, jamás mancharon sus manos con sangre inocente. Acaso su desquite lo encontrón en las vacas, que robaron para su alimento, y los distintos préstamos que impusieron a los ricos, particularmente a aquellos que según estaban informados ayudaban moralmente y a veces hasta con dinero a los rebeldes. Mucho debe Colotlán a que algunos de sus hijos hayan jefaturado las fuerzas agraristas, porque éstos pudieron influenciar ante los jefes militares para que no se fusilara a gente de la ciudad.”

Para aquellos días ya, Agustín Rivera había torcido su línea “quebrando” con el Sr. Primitivo Huízar, como meses más tarde había de hacerlo con el Prof. Francisco Javier Huízar Martínez. Por medio de intrigas había tratado de fusilar al Sr. Primitivo Huízar, por ser un anticristo peligroso. No lo logró por la intervención inmediata del Gral. Montalvo que operaba en Zacatecas y que, avisado oportunamente, descubrió la maniobra y evitó el crimen. Sin embargo su suerte ya estaba echada, así el 22 de abril en que se libró una batalla en Colotlán, el Sr. Primitivo Huízar fue asesinado por los mismos agraristas. El gobierno federal apoyado por los agraristas retomó el control de Colotlán.

El día 27 de junio se reanudo el culto y los servicios religiosos en todas las iglesias de la República, y los jefes rebeldes licenciaron sus tropas y se amnistiaron, Felipe Sánchez y otros lo hicieron en Tlaltenango ante el Gral. Quintero; otros lo hicieron en Zacatecas.

La fuerza que había ganado el partido agrarista con estos triunfos militares al lado del gobierno, se vio reflejado en las elecciones de 1929, en que triunfo de nueva cuenta el grupo agrarista, lidereado por Agustín Rivera, siendo electo como presidente el Sr. José Gómez, quien tomó posesión el día primero de enero de 1930.

Para salvaguardar la paz y la concordia de la región, en el año de 1931 se estableció en Colotlán el Gral. Quintero, con el regimiento a su cargo, quienes observaron una conducta ejemplar, por lo que fueron estimados por la población. El General Quintero disipo la modorra de Colotlán con la serie de diversiones que propicio; auxiliado por la tropa a su cargo: arreglo el campo deportivo a la salida de la calle independencia, el campo de aviación de Santiago Tlatelolco.

En 1931, los conservadores, aliados con los liberales le arrebataron el poder a los agraristas, encabezados por el C. J. Jesús Rosales, anunciando así una serie continua de triunfos. En las elecciones de 1932, los Riveristas fueron incapaces de reconquistar el poder, triunfando la planilla encabezada por el Sr. Adolfo Moreno Ávila, quien tomó posesión en enero de 1932. A fines de ese año comienza aparecer un periódico Riverista que ataca fuertemente a los líderes del partido y que enciende nuevamente los ánimos entre ambos grupos. A resultas de esto fue asesinado el Sr. Andrés Iturriaga, y se escapó milagrosamente el Sr. Pancho Mayorga, en una emboscada que les tendieron cuando regresaban ambos del Hepazote. Esto ocurrió a principios de 1933, cuando el Gral. Quintero había abandonado la ciudad por órdenes superiores. En ese mismo año resulto electo el Lic. Antonio Ramos Aréchiga, quien tomo posesión el primero de enero de 1933, de esta forma se sumo otra derrota consecutiva a los Riveristas.

En este último periodo se caldearon los ánimos de los dos grupos políticos. Rivera fue procesado y aprehendido en Zacatecas por el comandante de la policía de Colotlán, Sr. Rafael Flores. Sus propios partidarios jamás comprendieron como Rivera, siendo un individuo tan valiente, se había dejado “agarrar”. Se le condujo a esta población y se le interno en la cárcel pública, a donde con frecuencia iban a visitarlo sus partidarios. Se desconoce el motivo de su proceso, aunque la voz pública aseguró por aquellos días, que se le acusaba de robo de ganado. Periódicamente, como es rigor en estos casos, Rivera era sacado de su prisión con el objeto de que declarara ante el Juez, para lo cual era conducido por un policía. El día 20 de septiembre de 1933, el policía le dio muerte cuando subía la escalinata, disparándole a quemarropa su pistola.” Los agraristas dieron muerte al asesino, quien se había dado a la fuga, en una población de los E.U.”

Las elecciones de 1934, las pierden nuevamente los agraristas, siendo elegido, el C. Segundo Ortega. En este año los agraristas se preparan para asesinar a algunos de los miembros del partido contrario, entre ellos el presidente municipal y Paco Huízar. A las nueve de la noche del día 22 de marzo de 1934 fueron asesinados Paco Huízar y Segundo Ortega en el jardín de la plaza de armas, por una veintena de agraristas que habían llegado sigilosamente y se habían apostado estratégicamente para asesinarlos. Cuando la policía se organizó, los asesinos estaban ya muy lejos.

Con estos asesinatos la resistencia liberal se desvaneció, después de estos hechos nadie quería tomar posesión de la presidencia municipal, hasta que acepto don Demetrio Lozano, quien posteriormente la dejaría en manos del Sr. León Santoyo, miembro del bando agrarista, quien gobernó el resto del año de 1935 y el siguiente. A el le siguió una larga lista de presidentes agraristas entre ellos:
el C. Secundino Márquez, En el año de 1936, de filiación agrarista quien hizo un trabajo muy moderado.
En 1937, el Sr. Faustino Hernández Vázquez, que aunque no era agrarista, si era liberal por convicción y
en los años de 1938 a 1939 gobernó Colotlán David S. Leaños, también agrarista.

A partir del año de 1940, con la llegada del presidente Ávila Camacho se abandona la política seguida por los anteriores presidentes, principalmente Cárdenas, y se favoreció la expansión de la agricultura capitalista, y la defensa de la pequeña propiedad privada. Con estos cambios de política agraria que fueron continuados por los subsecuentes presidentes, se limitaron también los conflictos al interior de la sociedad colotlense, limitando los enfrentamientos entre los agraristas, los liberales y los fanáticos o conservadores.